POR TOM KELLEY Y DAVID KELLEY
SINOPSIS
Cualquiera puede ser creativo. Ese es el mensaje que este libro lleva a casa al mostrar que la creatividad es una habilidad innata que requiere valor para descubrir. No se trata tanto de aprender a ser creativo, sino de aprender a liberar la creatividad al superar los miedos y las dudas. La clave para ser creativo es aprender a actuar. Todos tenemos buenas ideas en un momento u otro, pero esas ideas creativas nunca ven la luz del día porque la mayoría de las personas no tienen confianza en sus habilidades creativas. Tienen miedo al fracaso o ser juzgados.
"Si desea más éxito, debe estar preparado para ignorar más fracasos".
Aprender a controlar todas esas dudas requiere estar dispuesto a perdonar los fracasos y aprender de las lecciones que contienen esos fracasos. Ningún gran avance o innovación tuvo éxito sin fallas. A través de la tenacidad y el compromiso, los esfuerzos creativos pueden sobrevivir a la incertidumbre y los contratiempos que siempre son parte de la innovación. Al negarse a ceder y seguir adelante, al tomar medidas, crece la confianza en las habilidades creativas. Con práctica y repetición, la confianza creativa para experimentar e implementar se convierte en una habilidad que cualquiera puede aprender.
RESUMEN
Ideas
El primer paso para poner una idea creativa en acción es crear una. Muchas personas luchan para que fluyan los jugos creativos, lo que les lleva a pensar que simplemente no son creativos. Pero simplemente no es verdad. El pensamiento creativo requiere aprender a revelar esas ideas a la espera de salir. Al igual que cualquier otra habilidad, hay ciertos pasos o indicaciones que facilitan la creatividad.
"Busque maneras de otorgarse una licencia creativa, o de obtener el equivalente a una tarjeta para salir de la cárcel".
Elige la creatividad. Se necesita un compromiso consciente de querer ser creativo para que todo funcione. No adivines ni cuestiones, solo elige.
Piensa como un turista. Por lo general, la inspiración no se limita a esperar para mostrarse. A menudo solo se puede encontrar en un entorno diferente con nuevas experiencias e ideas. Salga de la oficina y encuentre una vista diferente, lea algo diferente, exponga a algo nuevo.
Tomar un descanso. La creatividad parece prosperar durante los períodos de relajación. Deja de concentrarte en la tarea específica y deja que la mente divague. Esta deambulación a menudo descubrirá conexiones que no se pueden ver durante el trabajo enfocado.
¿Quién es el usuario final y qué quieren (o necesitan)? Hacer esta pregunta, ya sea sobre una idea, un problema o un producto, crea empatía y la capacidad de concentrarse en algunos de los puntos más importantes.
Trabajo de campo. Otra razón para salir, el trabajo de campo implica simplemente observar. Al observar sin una agenda establecida, es posible encontrar esos momentos “aha” de claridad y revelación.
¿Por qué? Esta puede ser la pregunta más importante cuando se trata de comprender y crear. Al preguntar "¿por qué?", Una y otra vez, el panorama general comienza a dividirse en partes más pequeñas que pueden exponer elementos o problemas centrales.
Re-marco. Al reformular las preguntas o puntos de vista, se puede ver un problema o una idea desde diferentes ángulos y proporcionar información diferente. Estas preguntas pueden comenzar con "Me pregunto qué ..." y "Qué pasaría si ..." o una serie de otros enfoques similares.
“Lo que significa es que no existe un destello de genio. Lo que puede parecer un destello de genio es el resultado de una nueva conexión hecha por la mentalidad relajada del descubridor tras años de estudio y trabajo duro ".
Acción
Hasta que alguien aprenda cómo poner en práctica las ideas, ninguna cantidad de creatividad equivaldrá a nada. La etapa de acción es donde la capacidad de superar el miedo y las dudas es crítica. Se necesitó valor para comprometerse con la creatividad y aprender los pasos para el pensamiento creativo. Ahora ese mismo coraje tiene que acelerar y avanzar rápidamente. En lugar de planes elaborados y detallados, la etapa de acción requiere moverse rápido e ignorar el miedo al fracaso y los juicios. Al establecer pequeñas metas y puntos de control, el proceso de tomar medidas se vuelve menos abrumador y hace que la pelota ruede.
Estos son algunos de los "catalizadores de acción" sugeridos por el libro para deshacerse de parte de ese miedo.
Pida ayuda: dos cabezas son mejores que una, especialmente en esfuerzos creativos. No tiene que ser alguien con experiencia particular o incluso experiencia con creatividad. Simplemente intercambiar ideas con alguien que puede ser objetivo a menudo es más que suficiente.
Presión de grupo: funcionó en la escuela secundaria y funciona aquí. Anunciar públicamente la decisión de tomar medidas y ver qué sucede. ¡Será casi imposible no seguir adelante sin al menos un poco de vergüenza!
Sube al escenario: al reunir una audiencia, ya sea un grupo focal formal o compañeros de trabajo alrededor de la copiadora, el objetivo es hacer que todos intervengan en esas ideas creativas. Los resultados son a menudo sorprendentes y útiles.
Sé malo: el perfeccionismo es el enemigo de la acción. Cuando alguien se da permiso para producir algo completamente horrible, quita la presión. La clave es sacar algo, cualquier cosa, y ajustarlo más tarde. Además, es una buena práctica.
Baje la barra: similar a la voluntad de crear algo horrible, bajar la barra significa aliviar algo de la presión al poner las expectativas en la perspectiva correcta. Muy pocas actividades son cuestiones de "vida o muerte". No todo depende de una sola decisión, por lo que está bien ser menos que perfecto.
En general
"Como un músculo, tus habilidades creativas crecerán y se fortalecerán con la práctica".
El enfoque que tomó una clase de cerámica y los resultados ilustran por qué tomar medidas es tan importante en la creatividad. A la mitad de los estudiantes se les dijo que serían evaluados en la calidad de una sola vasija de barro para completar al final de la clase. A la otra mitad se les dijo que serían evaluados en la cantidad de macetas que hicieron. Parecía ser una carrera entre cantidad y calidad.
Los estudiantes del primer grupo trabajaron intensa y deliberadamente semana tras semana para crear la mejor olla posible. El segundo grupo lanzó olla tras olla tan rápido como pudo con poca preocupación por la calidad. Al final, las macetas mejor diseñadas vinieron del segundo grupo. El acto repetitivo de simplemente poner algo ahí fuera perfeccionó sus habilidades a través de prueba y error, lo que resultó en habilidades bien desarrolladas.
La creatividad no es un concepto místico, reservado para esas personas "especiales" y sus vívidas imaginaciones. Es una habilidad que se puede aprender. Al practicar formas de poner miedos y dudas en su lugar, es posible desarrollar confianza y habilidad.